miércoles, 3 de enero de 2018

Prólogo de TE LLEVARÉ AL CIELO


Amigos: este es el maravilloso prólogo que mi buena amiga Merche Corcia ha escrito sobre mi novela. Espero y deseo que sólo sea el principio y que pronto nos deleite de nuevo con su acertado análisis. Gracias amiga. 



PRÓLOGO



Escribir el prólogo de un libro es una invitación a sumergirse en su lectura y compartir con el autor unos hechos y vivencias que luego serán de todos. La Historia de España, con sus claroscuros, está lle­na de apasionantes personajes olvidados, de tragedias y luchas que pasaron desapercibidas y que no merecieron ni una línea de ningún autor. A menudo, los hechos cambian las vidas de nuestros anóni­mos protagonistas de una forma inesperada y cruel que las crónicas se olvidan de reseñar. Son dramas personales de gentes sencillas, sin relevancia pública en nuestro pasado reciente.

El libro que está a punto de leer es la historia de Julia Guzmán, una muchachita que se atrevió a ser libre en una época en la que las féminas debían ser sumisas, obedientes y recatadas.

Leer esta obra, dura y real, me ha retrotraído a tiempos pretéritos cuando mi madre me narraba leyendas y tragedias acaecidas en los albores y mediados del Siglo XX. En aquella oscura época de la Es­paña ultra católica y después de la Guerra Civil con las machistas e infames leyes franquistas, las mujeres carecían de derechos y las normas sociales y legales dejaban a las que se atrevían a romperlas a los pies de los caballos. ¿Quién no ha tenido conocimiento de al­gún caso? Mujeres de humilde procedencia que eran presas fáciles de hombres relevantes que las dejaban abandonadas a su suerte después de engatusarlas, enamorarlas o dejarlas preñadas.

Julia Guzmán, una joven menor de edad, nacida en una familia bien, venida a menos, tuvo la osadía de enamorarse de un sacerdote, confesor de su madre, de entregarse a él y de quedarse embarazada. Leer su historia me ha impactado extraordinariamente porque me ha sido muy fácil empatizar con la protagonista: con su amor y su en­trega, con su dolor y su lucha por sacar adelante a su hija y con todas las vicisitudes que aquel mal amor trajo a su vida. Me he emocionado con su superación personal, me ha conmovido su bondad, me ha ad­mirado su liderazgo y su sabiduría, he despreciado al religioso que la sedujo, la engañó, la preñó y huyó amparado por sus superiores dejándola abandonada a su suerte.

Esta novela narra con maestría la vida de Julia, que a modo de relato en primera persona, nos desgrana sus vivencias, sus frustra­ciones, su loco amor por don Manuel, el padre de su niña, la incom­prensión y el desamor de su madre y su dura caída en el ostracismo familiar y social, la terrible vuelta a la realidad y la imposibilidad de olvidar aquel amor desesperado que sólo trajo amargura a su vida. Julia, una mujer marcada por la tragedia, despreciada por la hipócri­ta sociedad de aquellos años, pero amada por sus amigos a los cuales siempre tuvo a su lado. La inteligencia y el arrojo con los que se en­frentó a su destino, el matrimonio con su jefe, un homosexual perse­guido por el Régimen, único medio que encontró para darle un ape­llido a su hija, y el inesperado y emocionante desenlace final, unido a la fácil y amena prosa de la autora, convierten esta novela en una de esas que cuando la empiezas ya no puedes parar hasta finalizarla.

Una vez más, amable lector, reitero mi invitación para que se su­merja en la lectura de esta obra con la misma pasión con la que vivió su vida y defendió su libertad nuestra protagonista.

Te llevaré al cielo, sin duda, la mejor obra de Ana Molina hasta la fecha.

Mercedes Corcia Bravo

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