domingo, 15 de mayo de 2011

LOS CUATRO TRONCOS

Esta es la historia de cuatro amigos Encina, Roble, Olivo, y Abeto. Juntos formaban las mejores hogueras, siempre cálidas mantenían una llama incondicional, inagotable, siempre viva.  Formaban un grupo indestructible, en donde no existía cabida para el viento,  ni el frio, que extinguiera la llama, ni ningún otro peligro  o enemigo capaz de destruirlos. Por eso,  ellos siempre juntitos, apoyados los unos en los otros, mantenían siempre un maravilloso clima. Una amistad de esas que con los años producen los mejores rescoldos. Todos envidiaban el fuego mágico que se desprendía de esta hoguera y así poquito a poco, muchos otros troncos, ramitas y hojarasca se fueron incorporando a la hoguera y se les dejo formar parte de ella.







                             



  



              

Vinieron días maravillosos, en los cuales todos juntitos lo pasaban de maravilla. ¡¡¡AH!!!, pero estaban acechando los peligros de la envidia y la rivalidad. Encina empezó a pensar que su llama era la que más calentaba y así se lo hizo creer una ramita insignificante de Acebo. Después de oír un día  sus quejas, otra ramita anónima llena de hojarasca le dijo. ¡No sé qué haces en esta hoguera! , tú eres el tronco mejor de todos y podrías tener una hoguera más grande y llena de luz.




Así fue como de pronto a Encina le sobraban sus tres amigos ROBLE OLIVO Y ABETO. Ellos también daban muy buen fuego y la hoguera lucia mucho con sus llamas








Pero encina no era feliz, a ella le faltaba algo, siempre quería un poco más. A ella le gustaba el brillo, el oropel, que las cosas brillaran  mucho.



Encina siempre tenía el sueño de conocer mundos, de conocer nuevos troncos, nuevos ambientes, de arrimarse a otros fuegos, de esa forma poco a poco, y para contentarla, los otros troncos fueron abriendo el circulo y haciendo huecos,  y dando la bienvenida a nuevos amigos como Pino, Eucalipto, Castaño, Chopo. Etc. Todos juntos formaron un grupo más, grande y Encina ya se sentía más feliz, siendo la más cortejada. Todos los demás troncos querían tenerla contenta  y así,  uno la decía lo que calentaba, como ardía de bien y que agradable era. Así, poco a poco lo que en un principio era una hoguera perfecta  de grandes troncos,   ramitas, y hojarasca se fue convirtiendo en una hoguera sin control y Encina decidió que ella no quería formar parte de la hoguera principal, sino que quería tener su propia hoguera.




Así fue como un día ENCINA se salió de la hoguera  y encendió una nueva hoguera, que solo tenía hojarasca, ramitas pequeñas, aulagas y alguna rama de tomillo. Con este material la hoguera no se podía mantener encendida, ni daba calor, pero ENCINA seguía oyendo los halagos que le dedicaban y se sentía feliz sin darse cuenta de que era una hoguera, sin consistencia y sin calor y así, poco a poco fue olvidando, a Roble, Olivo y Abeto, que se quedaron tristes y desolados en su hoguera, con el único consuelo de su mutuo calor , PERO AÑORANDO MUCHO AQUELLOS TIEMPOS, en los que solo eran una hoguera de cuatro troncos unidos , felices , en los cuales no había rivalidades , malos entendidos ni aduladores , en suma no había hojarasca ni ramitas insignificantes , que sin aportar nada a la hoguera , querían ser los que más brillaran. Pero siguieron  muy juntitos , dándose mutuamente calor y consuelo .









FIN

1 comentario:

  1. Anónimo9.6.11

    Me parece una fábula preciosa . es una pena que haya personas que valoran tan poco la amistad. saludos.. Lali.

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