Queridos
lectores: hoy voy a abordar el espinoso tema de la inmigración ilegal. A tenor
de los últimos sucesos de Ceuta, es casi un imperativo tratar este asunto.
Antes de
nada quiero que quede claro que lamento profundamente la muerte de cualquier
persona, sea de donde sea. Pero no cometeré el error de caer en la demagogia
que observo por parte de unos y otros. Es muy fácil criticar las actuaciones
policiales como hace una gran mayoría que, no saben nada de nada.
Los guardias
civiles no hacen otra cosa que cumplir con su obligación, que es ni más ni
menos, proteger nuestras fronteras. Los asaltantes de la verja y los que
intentan entrar por la fuerza en nuestro territorio, son los que propician
estas respuestas. No son pobres muchachos famélicos y pacíficos; son hombres
adultos bien organizados que intentan cometer un delito y que no se andan con tonterías si
tienen que utilizar la violencia extrema para lograrlo. Llegar a nuestro
territorio es su meta y están dispuestos a hacer lo que sea para conseguirlo.
Una vez en España ya no se puede hacer nada, porque ellos, asesorados por esas ONG
“tan caritativas ellas”, vienen sin documentación alguna lo cual impide en la práctica,
que puedan ser deportados a sus países de origen.
Los
inmigrantes que llegan en pateras o asaltando las vallas de nuestra fronteras,
no son angelitos tal como nos quieren hacer ver algunos medios de comunicación.
Son hombres hechos y derechos, bien nutridos y con liquidez para pagar a las
mafias las astronómicas cantidades que les cobran por traerles al “paraíso”. Una
vez en España se agrupan entre ellos y se dedican a lo que todos sabemos. No
hay más que visitar cualquier pueblo costero del levante español, para verles
por cientos, vendiendo objetos falsificados. ¿O es que las buenas y
caritativas almas de los demagogos, piensan que se alimentan del aire o pasan
hambre?
Pocos
africanos se integran en la sociedad española o europea. Su cultura les
incapacita para realizar un trabajo en el sector servicios o similar. No tienen
papeles, lo que les condena a ser eternos ilegales. ¿Qué hacemos entonces? ¿Acaso
esas bien pensadas personas que tanto se solidarizan con ellos, les van a dejar
vivir en sus casas y les van a ceder su trabajo? Noooo ¿Verdad? Pues entonces
menos críticas a la sufrida Guardia Civil y menos demagogia.
España no puede
abrir sus fronteras a todo el flujo migratorio de África, y hace bien
impidiendo que, los ilegales, entren a la fuerza. Bastantes tenemos ya pululando
por nuestras calles y ejerciendo la mendicidad que es su fin, en otros muchos
casos. Europa nos deja solos con este problema y luego critica la utilización
de la fuerza para repelerles. Hipocritona ella; como siempre. ¡Qué pena que los
africanos no entren desde el mar del Norte y sean los países nórdicos, los que
tengan el problema!
Soy, y me
considero una persona sensible, pero eso no me impide tener sentido común. No
creo en utopías y sí, en realidades. España en su situación actual, no tiene capacidad
para mantener y dar oportunidades a nuevos inmigrantes. Cuando esto sea posible,
que vengan todos los que legalmente deseen hacerlo; con sus derechos y sus
obligaciones, pero así a la fuerza, ni uno. Y no me vale el tan socorrido y
recurrente apunte, de que “nosotros también emigramos”, porque eso es decir
parcialmente la verdad. Los españoles emigramos dentro de la legalidad; con
papeles y contratos de trabajo y no entramos a la fuerza asaltando las fronteras
y agrediendo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de los países. Menos
tonterías y más sentido común.
¡Ah! y si
alguien quiere adoptar algún subsahariano le puedo decir donde se reúnen unos
cuantos, pero eso sí, que vaya preparando el billetero porque le saldrá caro:
Solo el mantenimiento del teléfono móvil última generación que llevan, les saldrá
por un pico.
Amigos: un
saludo y feliz semana.