viernes, 15 de noviembre de 2019

DIEZ RAZONES PARA NO FIARME DE PODEMOS





Como ciudadana española, liberal y por tanto libre para expresar mi opinión sin tener que justificarme ni dar explicaciones, no suelo discutir sobre ideologías; es una pérdida de tiempo y deja al que lo intenta exhausto y se  suelen perder amigos y parientes si esta regla no se cumple a rajatabla. Yo no permito que nadie trate de imponerme las suyas y correspondo haciendo otro tanto.

 
Aclarado este punto pasemos a otras cuestiones.
Si he decidido hablar del “Coletas” y sus correligionarios, es porque mis lectores me lo han demandado y yo, en cierta medida, me debo a ellos.
Algunas personas de las que me escriben me comentan su decepción con el PP y con el actual PSOE. Yo también estoy decepcionada, pero eso no ciega mi razón ni mi entendimiento. Soy consciente de la miseria y ruindad de ambos partidos, pero si el PP y el PSOE son malos, que lo son sin duda, lo que nos sobrevendría con la instauración de un régimen comunista sería demoledor. A mí no me gusta el comunismo, no me ha gustado nunca y nunca me gustará. He visitado algunos países que antaño estuvieron bajo el yugo de la hoz y el martillo y lo que allí he visto me ha curado, en el supuesto caso de que alguna vez me hubiera tentado dicha ideología.
El comunismo es, sin duda alguna, lo peor que le puede pasar a una nación porque destruye todo lo que toca, todos los valores cristianos de solidaridad, caridad y humanismo desaparecen para dar paso a la bajeza moral que anida en la inmensa mayoría de los seres humanos. En un país comunista sólo sobreviven los afectos al régimen, el resto de ciudadanos son espiados, controlados y acallados porque la libertad de expresión desaparece por completo. Miedo y miseria se instalan entre la sociedad, desaparece la propiedad privada y la justicia y los medios de comunicación son engullidos por la maquinaria del poder, dejando a los ciudadanos indefensos ante semejante engranaje: ejem. Corea del Norte, Venezuela, Cuba, etc.


Nunca votaré a ningún partido comunista por las siguientes razones:
1º.- Nunca daré mi voto a ningún extremista sea del signo que sea.
2º.-Nunca votaré a unos jóvenes que han tenido todas las oportunidades que yo no tuve y sin embargo están llenos de odio, rencor y ansias de revancha.
3º.-Jamás me fiaré de unos analfabetos funcionales por muy profesores universitarios que sean. (Que estos individuos hayan obtenido un título, da una idea del bajo nivel de nuestras universidades).
4º.- Estos individuos dicen que abrirán las fronteras españolas en cuanto lleguen al poder para que entre todo el que quiera, así con dos c… Pues que no cuenten conmigo. No quiero una inmigración descontrolada vagando por las calles y viviendo subsidiados a mi costa. Que los adopten ellos con sus sueldazos de profesores del odio y el extremismo.
5º.- Jamás votaré a unos individuos que confraternizan con los etarras, esos asesinos con las manos manchadas de la sangre de 1000 españoles inocentes. Nunca contribuiré con mi voto a que esos viles terroristas anden sueltos por las calles riéndose de sus víctimas.
6º.- Yo amo a nuestra Bandera y a nuestro Himno, lo cual no quiere decir que me gusten los políticos que los utilizan cuando les conviene. Sólo unos analfabetos resentidos pueden identificar nuestros símbolos con el franquismo. (En 1976 se hizo una Transición democrática y se acordaron por unanimidad que estos serían nuestros símbolos)
7º.- Los comunistas y separatistas no quieren a España y se avergüenzan de ella. Entonces ¿por qué quieren dirigirla? La respuesta es simple, solo les mueve el odio, la revancha, el ansia de poder y la avaricia.


8º.- Yo quiero una España unida, próspera y justa. Estos chicos solo quieren destruirla. Los nacionalismos deben ser condenados no alentados y protegidos.
9º.-Nunca votaré a un partido que no preconice y proteja la propiedad privada.
10.-La corrupción (presuntamente, claro está) ya está incrustada entre sus líderes. El misterio de su financiación y sus empresas fantasmas, sin empleados ni sedes, no auguran precisamente limpieza ni honradez.
Y por si las diez razones anteriores no fuesen suficientes, yo jamás votaré a unos individuos tan mugrosos,con tan mal gusto para elegir sus atuendos y sus peinados. Cuando veo al señor Iglesias, con esa pelambrera en la cual parece hacer mucho tiempo que no entra un peine, me sulfuro. La España de Isabel y Fernando, no puede ser representada por semejante cohorte de mamarrachos con tan mal gusto.

sábado, 19 de octubre de 2019

¿Sr. SNCHZ, es usted un inútil o un felón?




Al final se va cumplir el dicho de que si por evitar una guerra asumes la indignidad, finalmente tendrás guerra e indignidad.
Lo paradójico de su conducta es que aunque no quiera tendrá que aplicar el artículo 155 CE, pero cuando lo haga lo hará sin dignidad alguna, más como única forma de parar los pies al fanatismo totalitario de la izquierda salvaje, que por su sentido de hombre de Estado, exigible a cualquier gobierno.
Torra se irá al carajo y de su mano usted y su gobierno.
El primero lo hará como un mártir para los suyos, usted como un felón traidor y cobarde para los ojos de España entera.
Se dice que su inacción no es más que táctica: esperar a que todo empeore y el pueblo se encabrone más y que Bruselas no vea con malos ojos una respuesta más contundente. A mí no me convencen sus razones.
Sólo veo que esa demora ya supone alta traición a la soberanía y a la dignidad del pueblo español, inconcebible en un estado democrático europeo.
Usted y su partido pierden votos a puñados, pero siempre cuenta con los golpes de efecto y esa fanatica adhesión de la cohorte de descerebrados que le votarán, haga lo que haga. Y con su egolatría intacta y mientras Cataluña se destruye, el odio crece, su ministro de la cosa se va de cena a Chueca y aparece en TV con cara de fastidio, usted, que debería poner orden en su tropa, nos dice que no pasa nada. ¡Así, con un par! ¡Pero señor mío! ¿Usted se ha creído que todos los españoles tenemos el coco comido por sus medios de comunicacion u lo que sean? Si tuviera un mínimo de conocimientos sabría que podría estár incurriendo en un delito de prevaricación impropia o lo que es lo mismo, en su modalidad omisiva.
La omisión llevada a cabo por un cargo público constituye, en sí misma, una presunta resolución prevaricadora.
Su obligación no sólo es aplicar la ley a los delincuentes golpistas por los delitos consumados, sino adoptar las medidas políticas que eviten su comisión futura y eso implica otras medidas que se deberían haber adoptado ya, fuera del manido artículo 155 CE.
¿O es que pretende colarnos un pacto encubierto y dejar el problema pospuesto para dentro de unos meses o años?.
De ser así, dígalo ahora y presente su dimisión por incapaz y asuma que ningún español de bien, llegados a este punto, va permitir semejante traición y humillación.

jueves, 23 de mayo de 2019

Madrid, Madrid, Madrid.


 

Quién iba a pensar que una niña de provincias, nacida en la tierra de la Alhambra, cobijada por los Montes de la Hoz y arrullada por el Río Velillos, una niña de pueblo, sin bagaje cultural, pero con unas ganas tremendas de comerse el mundo, enamorada de su tierra, de sus olores, de su cielo estrellado, de los perfumes de azahar y jazmín, acostumbrada a pasear por los jardines del Generalife, de pasar las tardes de domingo a orillas del Río Genil, en las terrazas de Las Titas, un mágico lugar donde se degustaba sangría y “perdices”, que a pesar de su rimbombante nombre, sólo eran patatas asadas aderezadas con sal y pimienta, levantaría el vuelo y dejaría el paraíso para ir a Madrid, una ciudad tan lejana como desconocida.
Madrid, nunca fue mi intención echar raíces en tu suelo, sino volver a la ciudad donde nací y pasé mi primera juventud.
Pero fue pisar tus calles, contemplar tus avenidas, tus bulevares, tus museos, y sentirme atrapada por esa magia que desprendes y sentir que había encontrado mi lugar en el mundo. Fue una noche de Noviembre cuando me enamoré de ti con un amor apasionado que aún perdura. Un amor que ha superado épocas difíciles en las que llegué a creer que nuestro idilio había acabado. Pero no, porque siempre que viajo vuelvo a ti convencida de que nuestro amor es indestructible, porque somos una pareja de enamorados que a veces no se soportan, pero que no pueden vivir el uno sin el otro. Fue en Gran Vía esquina con Alcalá donde se produjo el flechazo. Estaba cerca la Navidad y las luces te engalanaban. Cibeles y su vecina, la Puerta de Alcalá, el Palacio de Linares, pleno de hechizos y de fantasmas, el Palacio de Correos, todo refulgía con el esplendor que tu coqueta hermosura y tus hechuras de don Juan, acostumbrado a conquistar, lucía para la ocasión. Luego quise conocerte más y me fui a la Plaza Mayor para contemplar a los turistas con las bocas abiertas, admirando tu poderío. Recorrí tus calles y plazas, comí bocadillos de calamares, churros y chocolate en San Ginés y me extasié paseando por el Retiro, el parque más bonito de Europa, y viví las tardes del Café Gijón, con sus escritores y actores, bohemia pura de una época que se fue. Y aquí sigo, después de tantos años, convencida de que no hay otra ciudad como tú a la que yo, y porque me ha dado la gana, he querido dar el título de galán.
Ana Molina
06/05/2019

sábado, 16 de febrero de 2019

El eximio Doctor





Anda estos días muy ufano nuestro eximio “doctor”
Pues le dicen las encuestas que va a ser el ganador
Y ha convocado a las urnas con talante y decisión
Que a demócrata no hay quien gane a un socialista español
Impactados han quedado los sufridos ciudadanos
Viéndole lucir su estampa por muy remotos palacios
Guapo, altivo y galán, paseando por el mundo
En un Falcon nuevecito bien surtido de lo rico
Pagado con un dinero que no es del pueblo bendito
Pues le ha dicho la de Cabra que puede estar muy tranquilo
Se va a enterar la derecha cuando arrasemos de nuevo
Y me entronicen las urnas como a un nuevo Prometeo
Me dedicaré a reinar y otorgaré mis mercedes
A los lazis catalufos y a los que me sean fieles
Y contaré con su aplauso y hondo agradecimiento
Y pasaré a la Historia como un hombre de talento.
Disfruta como una enana la parejita de guapos
Pensando en ese mañana que ya sienten muy cercano
Y ya piensa Begoñita en decorar los salones
Con nuevas telas y rasos y carísimos crespones
Al estilo Hollywood que es lo que le gusta a ella
Pues lo ha visto en la revista de las mujeres más bellas
Calma, calma le pide, su buen amigoTexanos
Que aún no has ganado nada y ya lo has apalabrado
Que los españoles son un pueblo poco entendido
Y se pueden cabrear y votar al enemigo
Espera a recolectar antes de vender el trigo
Seguro que acertarás, te lo dice un buen amigo.
Ana Molina
16/02/2019.

lunes, 14 de enero de 2019

FRANCISCO MOLINA OLMOS IN MEMORIAN






«Te perdiste los olores
de tu pueblo en el verano
de los trigos en las eras
de los mirtos y los nardos…»

─Mándame ropa de abrigo, Juan, que no puedo soportar el frío que hace aquí.
Esta frase iba incluida en una de las escuetas misivas que Francisco Molina Olmos, vecino de Olivares de Moclín, (Granada), prisionero en el Stalag VIII-C, Sagan, campo de prisioneros de guerra alemán en Silesia, actual Polonia, le enviaba a su hermano Juan, combatiente republicano con el grado de capitán que como muchos otros españoles, incluido su hermano menor, Francisco, y su cuñado, Antonio, padre de la que esto escribe, tuvieron que exiliarse en Francia huyendo de la represión franquista. Antonio regresó al poco tiempo fiándose de las promesas que los emisarios franquistas les hacían prometiéndole que no les pasaría nada. No fue verdad porque le encarcelaron nada más cruzar la frontera. Juan permaneció en Francia pero tuvo suerte y encontró trabajo en una granja donde la dueña le escondía cuando los nazis y los gendarmes les buscaban para enviarlos a los terroríficos campos de exterminio nazi.. Francisco fue apresado mientras trabajaba por y para Francia en las CTE y junto a otros muchos españoles fue trasladado al citado Stalag donde permaneció un año aproximadamente.
Juan era su único consuelo pues, con sus escasos ahorros, le mandaba paquetes con comida, tabaco y ropa.  
«..Ya cayeron las hojas de los árboles
Como cada otoño desde siempre
Y las nieves con toda su crudeza
Se hicieron perpetuas, omnipresentes…»

Francisco sobrevivió relativamente bien durante este tiempo gracias a la ayuda de su generoso y buen hermano, pero un día, sin previo aviso, le mandaron subir en un tren de ganado junto a otros 12 prisioneros españoles y les mandaron, vía Breslau, otra ciudad polaca, a Mauthausen, donde llegó el día 17 de Septiembre de 1941. Francisco no sospechaba que este traslado iba a suponer un calvario mucho peor que el sufrido en el Stalag de Sagan pero pronto pudo comprobar que sus padecimientos no habían hecho más que empezar.
Hacinados en barracones infectos, sin ropa de abrigo, sin comida y con unas temperaturas de muchos grados bajo cero, los prisioneros se arrebujaban unos con otros en un infructuoso intento de darse calor.
Pero, ¿qué calor podían darse unos cuerpos famélicos y enfermos?
La noche pasaba lentamente entre tiritonas y llantos ahogados. De madrugaba, los nazis, y kapos del campo aparecían para increparles, vejarles, humillarles, y llevarles al trabajo. Subir los 189 escalones cargados con una enorme piedra en sus espaldas, bajar, subir, volver a bajar… y así, durante todo el día.
Francisco está débil y su escuálido cuerpo no puede aguantar el ímprobo esfuerzo. Al mes siguiente, concretamente el día 20 de octubre, es trasladado a Gusen, «el matadero de españoles», donde las condiciones de vida son infinitamente peores que en Mauthausen.  Francisco enferma de los bronquios y el intenso frío de aquel invierno, la carencia de alimentos y los malos tratos que recibe, junto al durísimo trabajo a la intemperie, no contribuyen precisamente a su mejoría.
─¡Aguanta, chaval, aguanta!… o estos te matarán si te ven enfermo ─le susurra un compañero.
Francisco se hizo un hombre entre trincheras y cañonazos, luchando desde los 19 años cuando apenas era un niño, sabe de padecimientos y privaciones, de vivir en peligro, pero esta barbarie actual apenas la puede soportar. Piensa que es un mal sueño, una pesadilla que pronto terminará y podrá volver a su pueblo, a sus Olivares. Quizá aquella chica que tanto le gustaba, aún esté esperándole… quizá…
Aguanta unos pocos días más, sin perder la esperanza, sacando fuerzas de su férrea voluntad, y de su noble carácter. Piensa mucho en su hermano y en su familia del pueblo. Desde que le trasladaron no ha podido escribir. Ni siquiera se puede imaginar la desesperación de Juan cuando Cruz Roja le devuelve el último envío por no haber encontrado al destinatario.
El tiempo se acaba para Francisco. El día trece de Enero de 1942 cumplió 25 años, pero apenas fue consciente de ello. Tose mucho, tiene un fuerte dolor en el pecho que apenas le deja respirar. Está tan débil y enfermo que al día siguiente no puede levantarse para ir a trabajar y la fiebre le consume. A las 9 de la noche le van a buscar. Francisco cree que le llevan a la enfermería, pero no. Junto a otros prisioneros es obligado a subir a un camión y luego cierran las puertas. Es el camión de la muerte de Gusen, una cámara de gas móvil donde asfixiaban a los pobres que ya no eran útiles ni podían trabajar.
Francisco Molina Olmos fue asesinado el día 14 de enero de 1942 a las 9,25 de la noche. El día antes había cumplido 25 años.
Pero él no murió ese día porque siempre ha estado presente en los corazones de su familia que, a pesar de los años transcurridos, le honra y le honrará mientras quede una gota de sangre Molina en este mundo.
La historia de su vida la podéis conocer en el libro que su sobrina, Ana Molina, escribió. Se llama, La Carta que nunca pude Enviar. Editorial Punto Rojo.