domingo, 14 de enero de 2018

Francisco Molina Olmos: IN MEMORIAM








Hoy conmemoramos el 76 aniversario de tu muerte. Un día como hoy, unos desalmados te arrancaron tu joven vida después de torturarte y explotarte hasta el límite de tus fuerzas. Tú, Francisco Molina Olmos, eras uno más de aquellos republicanos convencidos que combatisteis por la REPÚBLICA. Muchos de aquellos valientes cayeron en el frente, pero otros hubisteis de abandonar vuestra Patria cuando las fuerzas golpistas se impusieron y la Dictadura acechaba. Tú apenas eras un niño cuando el traidor se alzó contra la Legalidad y se aprestó a imponer el terror y la muerte. A ti te tocó abandonar tu precioso pueblo, tu soleada Andalucía, para salvar tu vida. Tu trágica andadura por campos de concentración y Stalag finalizaron en un país donde apenas luce el sol. Allí, en la verde Austria, en el terrible campo de Mauthausen primero y después en Gusen I, regía el nazismo más exacerbado y fanático, sí, allí donde todo parece orden y calma esperaban unos asesinos depravados que te arrebataron tu joven vida, te privaron de volver a tu pueblo y a tus raíces, a los brazos amorosos de tu familia que tanto te quiso y te quiere. Te impidieron descubrir los misterios de la vida, de formar tu propia estirpe. Tú, como los demás, eras inocente pero poco les importó a los miserables que acabaron con vuestras vidas. Tú sólo  cumpliste con tu deber, pero tuviste la mala fortuna de caer en manos de unos asesinos ávidos de sangre que instauraron la muerte y el terror en aquellos años de vergüenza para la humanidad. Hoy, querido tío, se cumple este triste aniversario de aquel lejano día en que fuiste asesinado. Pero no moriste tú sólo aquel aciago día, porque tus padres y hermanos también murieron en vida cuando supieron de tu tragedia y agonía. Hay heridas que nunca se cierran y que sangran eternamente. Tú eras tan querido en tu casa que ese amor que inspiraste a tus padres y hermanos se hizo extensible a parte de tus sobrinos que, hoy en día y a pesar de no haber tenido la suerte de conocerte, te recuerdan y lloran como si tu muerte se acabara de producir. En Mayo de 2016 te trajimos de alguna forma a tu pueblo, a tus Olivares, y allí queremos creer que está tu espíritu. Hacerte aquel homenaje fue hacérselo a toda la familia Molina que te sintió y te siente con la fuerza del cariño y la impotencia por tu triste destino. También recordamos a Juan, tu compañero de infortunio. ¡HONOR, MEMORIA Y RECONOCIMIENTO!

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