El tratado de Utrecht, también conocido como la Paz de Utrecht
o Tratados de Utrecht y Rastatt, son una serie de tratados multilaterales
firmados por las Monarquías y los Estados beligerantes en la Guerra de Sucesión
Española entre los años 1713 y 1715 en la ciudad holandesa de Utrecht y en la
alemana de Rastatt.
En esos difíciles años donde los Borbones y los Austrias
luchaban entre sí para quedarse con el reino de España y sus territorios, unos fueron apoyados por unas potencias y
otros por otras. Inglaterra y Holanda apoyaron al archiduque Carlos de Habsburgo.
En agosto de 1704, una escuadra anglo-holandesa al mando del
almirante Rooke y del Príncipe de Hesse- Darmstadt se dirigió a Gibraltar.
Exigieron la entrega incondicional de la plaza y un juramento de fidelidad al
Archiduque Carlos. El gobernador de Gibraltar rechazó el ultimátum el 1 de
agosto. Durante la noche del 3 al 4 de agosto, el castillo y la misma ciudad
sufrió intensos bombardeos. Sólo 80 soldados y 300 milicianos, con escasa o
nula instrucción militar, dotados con 120 cañones (de los que un tercio estaban
inservibles) lo defendían frente a una flota anglo-holandesa que totalizaba
10.000 hombres y 1.500 cañones.
La mayor parte de la
población del Peñón fiel a Felipe V, huyó de la localidad y se refugió en
diversos lugares. La mayoría se trasladó a la ermita de San Roque dando lugar
a la creación del municipio de san Roque el cual aún hoy tiene la denominación
oficial de "Ciudad de San Roque donde reside la de Gibraltar".
Allí se conservan objetos importantes de la historia española
de Gibraltar como una imagen de la Virgen Coronada, o los documentos
históricos firmados por los Reyes Católicos en 1502 concediendo su escudo de
armas a la ciudad. Uno de los protagonistas de estos acontecimientos es el
célebre duque de Marlborough (llamado Mambrú por los españoles).
Nueve años más tarde, la conquista se formalizó mediante el Tratado
de Utrecht (1713) en el cual España cedía al Reino Unido "la plena y
entera propiedad de la ciudad y castillos de Gibraltar juntamente con su
puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen dando la dicha propiedad
absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin
excepción ni impedimento alguno. Si en algún tiempo a la Corona de la Gran
Bretaña le pareciere conveniente dar, vender, enajenar de cualquier modo la
propiedad de la dicha Ciudad de Gibraltar,se ha convenido y concordado por
este Tratado que se dará a la Corona de España la primera acción antes que a
otros para redimirla.".
Está pues bien claro que el primer rey Borbón de la dinastía
que reinó en España, cedió un trozo de suelo patrio a los ingleses. También está bien claro que los ingleses previamente lo habían tomado por la fuerza en una acto de piratería sin precedentes a la que tan acostumbrados
están. Felipe V nunca debió ceder la
soberanía de este enclave arrancando a los españoles un trozo de su Patria.
Independientemente de que la situación actual sea la que es,
hay que analizar por qué los ingleses tenían y tienen tanto interés (que no ha mermado un ápice con el paso de los siglos) en
conservar este peñasco lleno de repulsivos monos, contra viento y marea.
Quizá los analistas de prestigio sean conscientes, pero no el
pueblo llano. Gibraltar está aún en manos de Inglaterra por su situación estratégica;
simple y exclusivamente.
Veamos.
El estrecho de Gibraltar es la entrada al Mar Mediterráneo;
quien controla un estrecho controla el
flujo marítimo que por él se produce, y en caso de conflicto armado, es vital
tener la llave de este flujo y del comercio. España, con sus dos plazas en territorio
africano, (Ceuta y Melilla) controla una orilla; los ingleses la otra. Conclusión: Jamás devolverán
el peñón.
En tiempos de Franco el peñón tenía cerrada su frontera y sufría
un aislamiento sólo roto por aire y mar. Con la llegada de la
democracia, España abrió la frontera dándole a los habitantes del peñón una inyección
de oxigeno que, con el tiempo, se ha demostrado no merecían.
Ellos se han
limitado a crearnos problemas de toda índole; Gibraltar es un nido de contrabandistas, blanqueo de capitales y rufianes de toda índole. No solo se ensañan con nuestros pescadores sino que facilitan el tráfico
de hachís y otras drogas que entra descontrolado desde Marruecos. El Peñón es un paraíso fiscal con múltiples empresas tapadera que
han montado en las mismas narices de nuestros gobernantes. Con el zombie de Zapatero se
rizó el rizo cuando el inútil de Moratinos, ejerciendo de anfitrión, levantó
la mano y le dio status de estadista al orangután Picardo, cruce de mono
gibraltareño y andaluza de la Línea de la Concepción. Inglaterra, la gran corsaria,
la gran oportunista, la gran HP. de siempre, hace la vista gorda y justifica
todas las tropelías de los llanitos haciéndose la tonta. Mientras ellos anden
calientes…. ¡Pues eso! ¡Qué pena no tener en la actualidad un marino como el insigne Blas de Lezo y Olavarrieta para mandárselo al chulo orangután Picardo a darle su merecido!
¿Por qué Naciones Unidas y la UE no apoyan a España en sus legítimas
quejas? Pues muy sencillo; somos débiles y ellos lo saben.
Saben que nuestra política exterior cambia en cuanto cambia el
partido gobernante; Cada uno se afana en destrozar lo que el otro ha hecho. Nadie
nos teme porque nosotros somos nuestros peores enemigos.
Cuando llegó Zapatero al poder, destrozó todo lo que había
hecho Aznar en política exterior, nos enemistó con los EEUU sin necesidad y nos
alineó con lo peorcito de las Repúblicas Sudamericanas y Árabes (Cuba, Venezuela, Argentina, Irán, etc.) Nuestra
debilidad y nuestra división interna es aprovechada para ningunearnos y
tomarnos el pelo con premeditación y alevosía.
El silente protector de chorizos, espécimen que ocupa la Moncloa en la actualidad, (Rajoy) ha seguido la misma tónica; no
consensuar Política Exterior, Pensiones, Sanidad, Educación, Ordenación
Territorial, etc. con el resto de partidos. Con ello nos condena a estar constantemente a merced de las nuevas
inventivas de los chiflados de turno (Ministros) que cada vez son más ignorantes y lo hacen peor.
Un pueblo débil y dividido, es presa fácil de los grandes depredadores que acechan sin descanso con sus disfraces de países serios y demócratas. Mentira gorda.
Amigos:
Mi total solidaridad y apoyo a los pescadores de Algeciras. Estoy completamente
de acuerdo con los controles exhaustivos en la frontera, y propongo que si sigue la chulería de los
ingleses, se cierre "sine die" verja y que se jodan los llanitos.
Un saludo afectuoso para todos mis lectores.