sábado, 27 de enero de 2018

CONMEMORACIÓN del 73 aniversario del HOLOCAUTO









Amigos:
Hoy se conmemora el 73º aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz – Birkenau donde murieron millones de seres humanos. Me uno al dolor de los supervivientes y al de los familiares de las víctimas, como no podía ser de otro modo.
Para algunos de vosotros, estos hechos quedaran muy lejanos, para otros remotos. En cambio, para nosotros, los familiares, siguen vivos y presentes.
.- Cada vez que los sucesivos Gobiernos miran para otro lado cuando exigimos reconocimiento jurídico para nuestros muertos, nos agreden.
.- Cada año, sistemáticamente, cuando se celebra el día del Holocausto y nuestros muertos pasan desapercibidos entre el resto de víctimas, nos humillan.
-.Cada vez que viajamos a Mauthausen Gusen, Hartheim, Ebensee el día de la conmemoración de la liberación de estos campos y vemos la pobre representación institucional española, nos hieren.
Quiero gritar al mundo y a España entera que en esos campos de exterminio murieron casi 7000 españoles después de ser torturados de la manera más cruel. Quiero que las nuevas generaciones de españoles conozcan el sufrimiento de nuestros antepasados y de sus familias. Necesitamos que ellos tomen el testigo cuando los que ahora luchamos para lograr este reconocimiento ya no estemos o no podamos seguir.
Amigo: no sólo murieron judíos en estos campos, la sangre de nuestros compatriotas regó las tierras austriacas y allí quedaron las cenizas de 7000 españoles como nosotros. No permitáis que ese horror caiga en el olvido. ¡HONOR MEMORIA Y RECONOCIMIENTO!
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martes, 23 de enero de 2018

UN APUNTE HISTÓRICO- LA AVENTURA CANTONAL



Queridos amigos: un pueblo sin memoria está condenado a repetir los mismos errores de su pasado. La situación actual de nuestra Patria, con la crisis independentista, económica y de valores, el paro y la corrupción política, ya estuvo a punto de llevar a España al desastre más absoluto en el Siglo XIX. Aquella situación se parece demasiado a la actual: juzguen ustedes.
Durante la primera República ocurrieron en España sucesos que, al ser escasamente divulgados, han pasado desapercibidos, pero que desgraciadamente trajeron consigo el derramamiento de sangre de muchos españoles.
Veamos:
El Presidente federalista de la Primera República Española, Pi y Margall (Catalán tenía que ser) estuvo a punto de romper la unidad de España al reflejar y sancionar la Constitución Federalista que contemplaba que las regiones eran Estados Soberanos. Tras esta decisión, el País se enfrentó a un caos absoluto y estuvo a punto de desintegrarse.
En un breve periodo de tiempo se declararon las Repúblicas Independientes de Cataluña, Málaga, Cádiz, Valencia, Granada, Sevilla, Alcoy, Cartagena, Algeciras, Almansa, Andújar y varias más. Muchas de ellas se enfrentaron entre sí dando lugar a situaciones cómicas y rocambolescas si no hubiese sido por su trágico desenlace.
Por un conflicto de intereses, la República Independiente de Jumilla se enfrenta a la de Murcia con una declaración de guerra en toda regla.

 " La nación Jumillana desea vivir en paz con todas las naciones vecinas y sobre todo con la nación Murciana, pero si ésta hoyara su territorio, Jumilla se defenderá como los héroes del Dos de Mayo y triunfará en la demanda resuelta completamente a llegar en sus justísimos desquites hasta Murcia y no dejar de ella piedra sobre piedra".

Ante este estado de cosas, Cartagena decide ser neutral entre Jumilla y Murcia y se declara a su vez Cantón Independiente y Soberano.
A tal efecto, los cartageneros se hacen con el Gobierno Civil y Militar, asaltan el Ayuntamiento y crean una Junta que, en nombre del Cantón Independiente, gobierne el "Nuevo Estado". En el castillo de Galeras se iza la bandera cantonalista.
(Toman una bandera turca que encontraron por allí y pintan de rojo la media luna y las estrellas blancas, y ese estandarte rojo se identifica como símbolo del Cantón).
También toman el control del Arsenal y del Puerto donde estaba amarrada buena parte de la  Flota Española que se une a la sublevación.
El proyecto cantonalista es rechazado por las Cortes Españolas y el Presidente Pi y Margall se ve obligado a dimitir ya que no era partidario de actuar contra los cantonalistas. (Igual que los gobernantes actuales).
 " No hay más que dos caminos, o la política, o las concesiones, y por supuesto mi idea es de conceder lo que el pueblo pide".
El 18 de Julio de 1873 le sustituye Salmerón que no le hace ni caso y envía tropas a Cartagena para abolir la independencia declarada por el Cantón.
Los cartageneros, con el armamento del arsenal y con la Flota, resisten el ataque de las tropas del Gobierno. La armada cantonalista al mando del militar progresistaToñete Gálvez (Toñete), continúa la ofensiva.
A la orden de "a toa máquina" y reforzada con 500 hombres del Batallón de Cazadores de Mendigorría a bordo, llegan a bombardear el puerto de Alicante y a desembarcar en la ciudad. En esta acción bélica se recaudan 8.000 duros de plata entregados "voluntariamente" por la ciudad conquistada.
El 29 de julio las fragatas cantonales fondean en la ciudad de Almería exigiendo la evacuación de las fuerzas militares, la proclamación del cantón y la entrega de 400,000 pesetas de la Administración de Aduanas y 500,000 más de comerciantes y banqueros.
El objetivo de aquellas incursiones por mar (pura piratería) no buscaban otra cosa que incorporar territorios y recaudar fondos para la guerra" voluntarios por supuesto" para mantener la independencia.
Al no ser satisfecho este pago las tropas cartageneras desembarcan para conquistar la ciudad, pero las tropas almerienses evitan, tras furiosos tiroteos, el desembarco de los cantonales lo que conduce el día 30 al bombardeo de la ciudad.
Cartagena era en ese momento un país independiente y como tal acuñó su propia moneda; el duro cantonal, con sus respectivas pesetas cantonales, monedas con las que se pretendía costear los gastos derivados de su lucha para consolidar su aventura independentista.
El gobierno independentista se pone en contacto con el de Estados Unidos de América para solicitar su ingreso como un estado más de la unión al tiempo que pide ayuda, armas y pertrechos, para mantener su independencia frente al poder centralista de Madrid. (Más o menos lo que está haciendo Puigdemont en Bruselas)
Los Estados Unidos estudian seriamente la propuesta y finalmente su Presidente rechaza el ofrecimiento.
Ulises S. Grant, vencedor de la Guerra de Secesión Americana, fue mucho mejor general que político pero no quiso tener problemas con España.
Pero los americanos estudiaron seriamente aceptar la oferta. Tener una base en Cartagena les permitiría controlar el Mar Mediterráneo. Para los cantonales este rechazo fue un duro golpe.
Mientras tanto, las cosas en el resto de España tampoco iban mejor. Granada y Jaén se declararon la guerra por "diferencias en sus fronteras nacionales".
A "Toñete" se le sube a la cabeza el presunto éxito sobre las tropas gubernamentales y organiza una marcha para tomar Madrid llegando victorioso hasta Chinchilla (Albacete), donde son derrotadas y obligadas a volver a Cartagena.
Utrera se independiza de Sevilla que, no sólo no reconoce esa declaración unilateral, sino que le declara la guerra. Una guerra que, sorprendentemente, ganó Utrera y que costó la vida a 400 hombres de ambos bandos.
Betanzos se declara independiente de La Coruña.
Cória, capital episcopal, quiere independizarse, pero no de Madrid de la que ya era independiente, sino de Badajoz.
Jerez proyecta su cantón, pero finalmente prefiere rendirse a Madrid antes que a someterse a la República Independiente de Cádiz.
El Presidente Salmerón envía al General Martínez Campos y sus tropas a Levante y Andalucía para sofocar la rebelión. Los cantones, desorganizados y en estado de guerra entre sí, van cayendo poco a poco y la rebelión es sofocada en un periodo de dos meses.
Es triste comprobar que los problemas que nos preocupan hoy son muy similares a los que arrastraron a nuestros antepasados a tan inconcebible comportamiento.

Crisis económica.
Niveles de paro insoportables.
Población al límite de su resistencia política, económica y moral.
Falta de voluntad política para afrontar problemas estructurales.
Incompetencia de los políticos para manejar la situación.
Independentismos fanáticos, etc.

En los paredones de los consejos de guerra, acabaron los restos de la "Revolución Cantonal " uno de los episodios más tristes de la Historia de España.
Desde este negro episodio han pasado 140 años. Si a los cantonalistas de entonces les pudiéramos mostrar sólo una parte de la España actual, con la insurrección catalana a la cabeza, ¿qué creen que dirían?.
¡Saludos amigos! 

domingo, 14 de enero de 2018

Francisco Molina Olmos: IN MEMORIAM








Hoy conmemoramos el 76 aniversario de tu muerte. Un día como hoy, unos desalmados te arrancaron tu joven vida después de torturarte y explotarte hasta el límite de tus fuerzas. Tú, Francisco Molina Olmos, eras uno más de aquellos republicanos convencidos que combatisteis por la REPÚBLICA. Muchos de aquellos valientes cayeron en el frente, pero otros hubisteis de abandonar vuestra Patria cuando las fuerzas golpistas se impusieron y la Dictadura acechaba. Tú apenas eras un niño cuando el traidor se alzó contra la Legalidad y se aprestó a imponer el terror y la muerte. A ti te tocó abandonar tu precioso pueblo, tu soleada Andalucía, para salvar tu vida. Tu trágica andadura por campos de concentración y Stalag finalizaron en un país donde apenas luce el sol. Allí, en la verde Austria, en el terrible campo de Mauthausen primero y después en Gusen I, regía el nazismo más exacerbado y fanático, sí, allí donde todo parece orden y calma esperaban unos asesinos depravados que te arrebataron tu joven vida, te privaron de volver a tu pueblo y a tus raíces, a los brazos amorosos de tu familia que tanto te quiso y te quiere. Te impidieron descubrir los misterios de la vida, de formar tu propia estirpe. Tú, como los demás, eras inocente pero poco les importó a los miserables que acabaron con vuestras vidas. Tú sólo  cumpliste con tu deber, pero tuviste la mala fortuna de caer en manos de unos asesinos ávidos de sangre que instauraron la muerte y el terror en aquellos años de vergüenza para la humanidad. Hoy, querido tío, se cumple este triste aniversario de aquel lejano día en que fuiste asesinado. Pero no moriste tú sólo aquel aciago día, porque tus padres y hermanos también murieron en vida cuando supieron de tu tragedia y agonía. Hay heridas que nunca se cierran y que sangran eternamente. Tú eras tan querido en tu casa que ese amor que inspiraste a tus padres y hermanos se hizo extensible a parte de tus sobrinos que, hoy en día y a pesar de no haber tenido la suerte de conocerte, te recuerdan y lloran como si tu muerte se acabara de producir. En Mayo de 2016 te trajimos de alguna forma a tu pueblo, a tus Olivares, y allí queremos creer que está tu espíritu. Hacerte aquel homenaje fue hacérselo a toda la familia Molina que te sintió y te siente con la fuerza del cariño y la impotencia por tu triste destino. También recordamos a Juan, tu compañero de infortunio. ¡HONOR, MEMORIA Y RECONOCIMIENTO!

miércoles, 3 de enero de 2018

Prólogo de TE LLEVARÉ AL CIELO


Amigos: este es el maravilloso prólogo que mi buena amiga Merche Corcia ha escrito sobre mi novela. Espero y deseo que sólo sea el principio y que pronto nos deleite de nuevo con su acertado análisis. Gracias amiga. 



PRÓLOGO



Escribir el prólogo de un libro es una invitación a sumergirse en su lectura y compartir con el autor unos hechos y vivencias que luego serán de todos. La Historia de España, con sus claroscuros, está lle­na de apasionantes personajes olvidados, de tragedias y luchas que pasaron desapercibidas y que no merecieron ni una línea de ningún autor. A menudo, los hechos cambian las vidas de nuestros anóni­mos protagonistas de una forma inesperada y cruel que las crónicas se olvidan de reseñar. Son dramas personales de gentes sencillas, sin relevancia pública en nuestro pasado reciente.

El libro que está a punto de leer es la historia de Julia Guzmán, una muchachita que se atrevió a ser libre en una época en la que las féminas debían ser sumisas, obedientes y recatadas.

Leer esta obra, dura y real, me ha retrotraído a tiempos pretéritos cuando mi madre me narraba leyendas y tragedias acaecidas en los albores y mediados del Siglo XX. En aquella oscura época de la Es­paña ultra católica y después de la Guerra Civil con las machistas e infames leyes franquistas, las mujeres carecían de derechos y las normas sociales y legales dejaban a las que se atrevían a romperlas a los pies de los caballos. ¿Quién no ha tenido conocimiento de al­gún caso? Mujeres de humilde procedencia que eran presas fáciles de hombres relevantes que las dejaban abandonadas a su suerte después de engatusarlas, enamorarlas o dejarlas preñadas.

Julia Guzmán, una joven menor de edad, nacida en una familia bien, venida a menos, tuvo la osadía de enamorarse de un sacerdote, confesor de su madre, de entregarse a él y de quedarse embarazada. Leer su historia me ha impactado extraordinariamente porque me ha sido muy fácil empatizar con la protagonista: con su amor y su en­trega, con su dolor y su lucha por sacar adelante a su hija y con todas las vicisitudes que aquel mal amor trajo a su vida. Me he emocionado con su superación personal, me ha conmovido su bondad, me ha ad­mirado su liderazgo y su sabiduría, he despreciado al religioso que la sedujo, la engañó, la preñó y huyó amparado por sus superiores dejándola abandonada a su suerte.

Esta novela narra con maestría la vida de Julia, que a modo de relato en primera persona, nos desgrana sus vivencias, sus frustra­ciones, su loco amor por don Manuel, el padre de su niña, la incom­prensión y el desamor de su madre y su dura caída en el ostracismo familiar y social, la terrible vuelta a la realidad y la imposibilidad de olvidar aquel amor desesperado que sólo trajo amargura a su vida. Julia, una mujer marcada por la tragedia, despreciada por la hipócri­ta sociedad de aquellos años, pero amada por sus amigos a los cuales siempre tuvo a su lado. La inteligencia y el arrojo con los que se en­frentó a su destino, el matrimonio con su jefe, un homosexual perse­guido por el Régimen, único medio que encontró para darle un ape­llido a su hija, y el inesperado y emocionante desenlace final, unido a la fácil y amena prosa de la autora, convierten esta novela en una de esas que cuando la empiezas ya no puedes parar hasta finalizarla.

Una vez más, amable lector, reitero mi invitación para que se su­merja en la lectura de esta obra con la misma pasión con la que vivió su vida y defendió su libertad nuestra protagonista.

Te llevaré al cielo, sin duda, la mejor obra de Ana Molina hasta la fecha.

Mercedes Corcia Bravo