sábado, 18 de octubre de 2014

BANKIA



  



Cuando le preguntaron al Presidente Clinton por qué había mantenido una relación sexual con su becaria, este respondió: Porque podía.
Queridos lectores esa corta frase lo explica todo. Pueden y quieren, porque son poderosos, amigos de poderosos, y esto les eleva sobre el común de los mortales y les da una evidente impunidad.
La fatuidad, la egolatría, la avaricia y la soberbia están, detrás de todos ellos sin excepción. Solo así se explican sus comportamientos. La red mafiosa de los consejeros de Bankia y sus tarjetas negras,  así lo pone de manifiesto.



A nosotros los ciudadanos de a pie, los que hacemos mil y unas filigrana para llegar a fin de mes, ni siquiera nos es dado el triste consuelo de ver que son conscientes de su propia podredumbre. Todos ellos sin excepción, se creían con derecho a gastar dinero a manos llenas, en putas, comilonas, lencería, hoteles, viajes, casinos y mamandurrias varias. Ni uno solo ha entonado el mea culpa y muy pocos han devuelto lo gastado. Entre ellos hay gentuza de todo pelaje; desde el insufrible y repelente Blesa, pasando por el consejero del Rey Spottorno, el que fuera ministro del PP Rodrigo Rato, y terminando con los representantes sindicales. Todos, excepto tres personas de los cuales desconozco el nombre, gastaron a manos llenas dinero de una caja arruinada que tuvo que ser intervenida y saneada por el Estado; es decir, ustedes y yo, les pagamos a todos esos sinvergüenzas sus putas, sus discotecas sus mariscadas y demás vicios.
Bankia estafó a un montón de gente con las preferentes, comiéndose los ahorros de muchos jubilados, ante la pasividad de los gobernantes que los dejaron a su suerte.
Ni siquiera llevar a la Entidad a la ruina, robar sus ahorros a los incautos que cayeron en sus redes, o el despilfarro de sus dirigentes, han llevado a Blesa y a Rato a la cárcel. Yo me pregunto ¿Por qué? 


Llevo tiempo pensando en ello y he llegado a la conclusión de que la Caja la arruinaron entre todos; los partidos políticos, los consejeros, los amiguetes a los cuales se daban créditos blandos, los medios de comunicación afines etc. Solo la implicación de todos en semejante desfalco puede explicar que esa banda de chorizos asquerosos siga pisando la calle.
El PSOE ha expulsado a sus afiliados implicados; el PP mantiene a Rato ¿Sabe demasiado el ex ministro? Seguramente; esta y no otra, debe ser la explicación. No la hagas y no la temas, decía mi madre, una mujer sabia donde las haya. Pues eso…
Feliz semana

viernes, 10 de octubre de 2014

La Ministra y el Ébola




Ana Mato ministra de Sanidad, esa misma que era incapaz de ver un todoterreno y un  lujoso jaguar en su garaje, decidió traer a España a los dos misioneros enfermos de Ébola.
A mí me pareció bien el gesto y di por supuesto que, el Hospital Carlos III de Madrid, reunía las condiciones necesarias para aislar a los pacientes y evitar la propagación del virus.
Los dos murieron y los bien pensantes, entre los cuales me cuento, nos quedamos en paz con nuestras conciencias; se había hecho lo que se había podido aun cuando no se les pudiera salvar la vida.


Casi nos olvidamos del Ébola y la tragedia de los africanos ¡África está tan lejos! Casi… porque de pronto, salta la terrible noticia de la auxiliar contagiada y nos enteramos que, la pobre mujer, ha estado deambulando de aquí para allá, de médico en médico, con fiebre y síntomas alarmantes. Nos enteramos que, a pesar del diagnóstico positivo, fue trasladada en una ambulancia convencional sin las mínimas precauciones.
Yo no dejo de asombrarme ¿En manos de quién estamos? ¿Cómo es posible esa cadena de errores y negligencias?
Ni en la peor de mis pesadillas hubiera creído que España, un país supuestamente moderno, con unos profesionales sanitarios de primera pudiera ser y parecer una triste y macabra caricatura.



Luego aparece esa “maruja bobalicona” que ostenta el cargo de ministra de Sanidad, nerviosa, balbuciente, sin saber que decir y en vez de tranquilizar a la población, lo único que consigue es inquietarnos mucho más.
Jamás pensé que Mariano Rajoy fuera tan inútil, tan malo y tan vago. Mantener en su puesto a semejante nulidad solo sirve para encabronar más si cabe al respetable.
Y por último el tal Javier Rodríguez, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, un incompetente individuo que ha gestionado la crisis de pena y carga las culpas contra la enferma, mostrando una total falta de escrúpulos y una catadura moral impropia de un alto cargo.




Este individuo y la ministra, tienen que ser cesados de inmediato por incompetentes e inútiles. Si Rajoy e Ignacio González los mantiene en sus cargos, el PP desaparecerá de la faz de la tierra y el régimen de terror que nos impondrán “los podemos y Ciª”, nos harán añorar los años de la dictadura franquista.
Feliz semana