Queridos lectores:
La tormenta mediática desatada en días pasados por el inesperado cese de Esperanza Aguirre,
me ha hecho pensar mucho. ¿Qué o cuál, es el motivo de la espantada de
la Presidenta Madrileña?. ¿Que hay detrás? nos preguntamos todos. A
fuerza de repensar, yo he llegado a la conclusión de que ha sido
un cese obligado desde las altas esferas del PP. No tiene sentido otra cosa. Esperanza Aguirre era un verso suelto en el discurso de los peperos. Ella decía lo que pensaba y lo que quería, sin atenerse a la disciplina de partido.
Desde mi punto de vista, hacia demasiada sombra al melífluo Rajoy,
que nunca dice nada. Su discurso sea por lo que sea siempre es el
mismo; una sarta de frases sin contenido. Como buen gallego no sabes si
sube o si baja, si esta triste o alegre; es inexpresivo. Tiene a su
alrededor una panda de aduladores y meapilas que, solo saben darle la razón, y reírle las ocurrencias.
Al resto de españoles se nos queda cara de bobos
cuando le oímos. Yo, algunas veces he llegado a pensar que son idiotas
perdidos, pero no: no son idiotas, nos toman por idiotas, que es
diferente.
Confieso que dentro del mundo de la política al cual detesto de corazón, Esperanza Aguirre me caía bien.
Quizá
sea por esta forma de ser suya, de decir lo que piensa, y ser
consecuente con sus ideas, lo que me hace sentir simpatía por ella. Eso
no quiere decir que me hayan gustado todas las medidas que ha tomado;
nada más lejos de la realidad.
No me gustó su intento de privatizar el Canal de Isabel II.
No me han gustado los recortes en Educación y Sanidad.
No me ha gustado que traiga a Madrid el dichoso Eurovegas.
Tampoco me ha gustado su cese, porque deja instalado el el cargo a un oscuro personaje como el tal González, que cuanto menos, es sospechoso de utilizar un impresionante ático que no le pertenece en la costa malagueña.
La
Comunidad de Madrid no votó a este señor para nada; la votó a ella.
Por tanto: ¿donde queda su responsabilidad para con sus votantes?. Así
que, ya tenemos a dos políticos del PP que antepusieron sus ansias de poder y sus intereses personales a los del pueblo que dicen representar.
Gallardón
no pestañeo ni una sola vez cuando le nombraron Ministro de Justicia.
Salió pitando, dejando al frente de la Alcaldía a la señora Botella.
¿Alguien se ha preocupado de saber si esta señora esta preparada para esta responsabilidad?. A mi me parece una pija trasnochada, más preocupada por figurar y estar en el candelero, que para ocupar el puesto que le han regalado.
La Comunidad de Madrid no se merece este trato por parte de los políticos que eligió democráticamente.
Espero que nadie haya creído los motivos alegados por la señora Aguirre para irse. Estoy completamente segura que hay algo oculto que algún día sabremos, pero que también ha pesado la antipatía mutua que se tenían entre ellos. Gallardón está metido hasta el cuello. ¡Seguro! Y Rajoy, el sempiterno Rajoy, el implacable Rajoy, el gris gallego que manda, no permite que nadie le levante la voz ni hable a destiempo.
Como dijo Alfonso Guerra; el que se mueve, no sale en la foto. Pues eso.
En cualquier caso la simpatía que me inspiraba Esperanza Aguirre, ha mermado considerablemente por esta espantada que deja a Madrid a merced de dos advenedizos sin legitimación alguna.
No Esperanza; así no se hacen las cosas.
Que tengáis un buen día
Solo se que no se nada, dijo Séneca, un gran sabio.
ResponderEliminarY nosotros, pobres mortales, estamos ayunos de lo que se maneja entre bambalinas.
Lo que sacan por la caja tonta, está filtrado, destilado, sublimado y corregido por el aparato de propaganda, los gurús que nos mueven como marionetas.
Posiblemente nunca lo sepamos.
Yo, que le concedo el beneficio de la duda, acepto la hipótesis de que con el cáncer que tuvo que vencer, algo le debió de minar la moral. Cuando llegas a cierta edad, ves con horror, que la vida es un libro, cuyas páginas solo se pueden girar en una dirección, y cuando compruebas que ya no quedan tantas páginas como te gustaría, deseas dedicarte un poco del tiempo que te queda para ti y los tuyos.
De todos modos, aprovecho para decirte que ya me hubiese gustado tenerla de presidenta, no al imbécil del arturet.