miércoles, 12 de septiembre de 2012

¿DE QUÉ SE RÍE EL REY?


Queridos lectores.
Hoy, cuando he comprado el periódico en el kiosco de costumbre, he aprovechado para echar un vistazo al resto de publicaciones.
Entre la barahúnda de revistas me llama la atención una publicación semanal de las llamadas revistas del corazón, que nos saluda alegremente con un ¡Hola!, y en cuya portada, observo a un sonriente Monarca, a su hijo el Príncipe heredero, y a la tierna y rubia Princesa hija de este último.
La imagen nos quiere transmitir un mensaje subliminal de continuidad y normalidad.

Por curiosidad compro la revista, y ya en su interior veo a la rubia princesa hija del Monarca, a su rubio marido, y a sus rubios hijos, en una bucólica escena campestre donde solo faltan las mariposas, los trinos de los pajarillos, y una música de fondo adecuada a la bien montada puesta en escena. Al parecer son una familia más, que aprovecha un hermoso día para salir al campo con niños y perro. Sin razón aparente toda esta ficticia normalidad, y la tierna escena, me pone los vellos de punta. La falsedad que emana de la misma, y lo edulcorado y empalagoso que resulta, desprende un tufillo que me ha puesto de malhumor. ¿De verdad piensan que somos tan tontos?. Evidentemente : Sí


Veamos:
La rubia princesa y su rubio marido están pringados hasta la coronilla en múltiples delitos, que harían palidecer de vergüenza al menos escrupuloso de los delincuentes. Cualquiera que piense todavía, que la rubia princesa no está tan pringada cómo su cónyuge, es tonto de solemnidad.

Su regreso a España solo obedece a la operación blanqueo que su augusto padre con el asesoramiento de las "preclaras mentes" que le aconsejan, han diseñado para que, los memos españoles, viendo esas tiernas escenas, lleguemos a convencernos de que la rubia princesa y su rubio esposo son más inocentes que un niño de pecho.

Luego vendrá el "olvido"  o traspapele de los expedientes que tienen abiertos en los distintos Juzgados, para que el tiempo,¡OH el tiempo!, y el olvido, los haga prescribir y; ¡Santas Pascuas y a otra cosa mariposa!. ¿A que está bien pensado?.Lo del palacete de Pedralbes forma parte de la operación blanqueo, puesta en marcha desde la casa del todopoderoso papá, como así mismo, el viejo vehículo en el que se les ve últimamente, y la imagen de familia indestructible.

La pregunta que me martillea las sienes es:
 ¿De qué se ríe el Rey .

¿Acaso se ríe a mandíbula batiente el papa de la muchacha de eso?. ¿O quizá se ríe de los seis millones de parados que hay en su Reino?. ¿Quizá sea por la marcha independentista celebrada ayer en Fenicia? ¿ O quizá, solo quizá, la sonrisa es de alivio porque el pobrecito asesino Bolinaga que solo pesa 50 Kg. (¡Quien los pillara!) va a salir a la calle, y va a poder tomar potes en su pueblo con sus amigos terroristas?.


No, No, creo más bien que la risa también debe de ser de la gracia que le hacen las penurias que pasamos los habitantes de su Reino. O puede que sea de barruntar, que pronto tendrá tiempo libre para irse de safaris a matar animales.¿Porqué digo yo?. Cuando el Reino se rompa, con la independencia de Fenicia y Euskal-Etarra. ¿Para qué queremos un Rey?
Quizá la risa sea por todo junto, y solo ese conjunto de cosas, explicaría la hilaridad de la Más Alta Institución del Estado. 
Pero yo, que nunca he sido republicana, ahora le voy a dar unos cuantos consejillos gratis.


Mire señor: podemos parecer tontos y acomodaticios, más cuando nos tocan mucho las narices y se nos acaba la paciencia somos temibles.
No necesito recordarle que algunos de sus antepasados ya se dieron cuenta de ello. Seguro que se acordará usted de doña Isabel II, de don Alfonso XIII y también de Napoleón. Si, aquel Napoleón que los españoles corrieron a gorrazos con hoces y guadañas, cuando su también antepasado Carlos IV, le entregó a España vergonzosamente.
Sin Nación no ha lugar a Monarquía, y yo seré la primera que sintiéndolo mucho, pediré que se haga un referéndum sobre su continuidad. Nos sale usted y su parentela muy caros. Por lo menos sean ejemplares. Es lo mínimo que pedimos: que hagan su trabajo y que sean dignos.
Saludos amigos.

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