domingo, 2 de noviembre de 2014

¡BASTA!




Los últimos casos de corrupción en la Comunidad de Madrid y en otros lugares de España, han hecho estallar de indignación a la mayoría de los ciudadanos entre los cuales me cuento. Mi capacidad de aguante, como he podido comprobar, es grande. Quizá sea debido a cierta abulia, cierta pereza, o esa forma de ser de los humanos tan poco honrosa, en la que, “solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena”.



Nuestros dirigentes solo van al Congreso a acusarse mutuamente con el consabido y tú más que todos esgrimen para defender lo indefendible. Si Sánchez ataca a Mariano con sus casos de corrupción, Mariano contraataca con los de Sánchez y su partido; una vergüenza, se mire desde donde se mire. Mientras tanto el de la coleta se frota las manos de gusto. Se lo están poniendo en bandeja; solo tiene que sentarse y esperar. 
El PP de Madrid está acabado y los niñatos de Podemos; esos jóvenes resentidos y revanchistas, hacen cuentas y miran las encuestas que les sitúan en posición de ganar las elecciones. Así, sin más, con su discurso demagógico, populista, y oportunista. Sin más méritos que aprovecharse de los deméritos de los demás. 


Yo no quiero que me gobiernen unos niñatos que nada han demostrado, salvo su odio y resentimiento generalizado a quienes no piensan como ellos. No quiero que nadie me diga lo que debo de comer, lo que debo pensar, y lo que debo expresar. Soy libre y así quiero seguir siéndolo. Tampoco quiero perder mi escuálido patrimonio; ese que yo he ganado con mi esfuerzo trabajando sin descanso.


Por esto y otros motivos, nunca perdonaré a los gobiernos del PP y del PSOE que nos hayan llevado a semejante situación. Ellos son los grandes culpables de la ruina de España, de que nos avergoncemos un poco más cada día, al comprobar la catadura moral de la gentuza que se ha adueñado de nuestra Patria. ¿Y para esto padecimos una guerra civil? ¿Qué pensarían nuestros muertos si pudieran vernos? Se volverían gustosos a la tumba antes de ver la tierra regada con su sangre, expoliada por semejante caterva de mafiosos.


Yo quiero que en mi Patria todos tengamos nuestras necesidades básicas aseguradas; libertad de expresión, derecho a la propiedad privada, Justicia, Educación, Sanidad, y acceso al trabajo. Pero de ningún modo pienso ni quiero, que nos deban igualar por abajo haciéndonos pobres a todos. El ser humano también tiene que poner algo de su parte, su ingenio, su esfuerzo, su tesón y sus ganas de progresar. No encuentro ninguna grandeza en vivir subvencionado y tutelado por el Estado, salvo en casos excepcionales. 
Amigos: es hora de que corramos a gorrazos en las urnas a estos delincuentes, que miremos con lupa los programas electorales, que nos olvidemos de ideologías, y que cambiemos a esta gentuza por caras nuevas, y por supuesto, si caen en los mismos vicios, hagamos el mismo recorrido. Darles una gran patada en sus gordos y malolientes culos.

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