Confieso, que mi absoluta repulsa hacia los dos partidos
mayoritarios, PPPSOE, es tan absoluta, que había decidido, simplemente, dejar
de votar. No puedo, en conciencia, votar a una chusma semejante y digo bien:
chusma, porque ninguna persona que no esté metida en la rueda de la fortuna de
ambas bandas, nadie que no chupe del frasco, puede dejar de ver su miseria y
grado de corrupción, ni puede volver a votar a semejante caterva de rufianes.
Estos dos partidos o lo que sean, nos han robado la Democracia
y digo bien: nos la han robado, porque nos han dejado sin posibilidades de
ejercer nuestro derecho, incluyendo en sus listas electorales, a un ramillete de corruptos
e imputados, que hieden como un cadáver corrompido.
Que en una Nación de Occidente, sus ciudadanos, no tengan
alternativas para acudir a las urnas, es trágico, pero en los foros
internacionales que mal gobiernan Europa, la corrupción debe alcanzar tan nivel,
que poco les importa a ellos lo que pase en la casa de uno de sus socios.
De pronto, aparecen Podemos y Ciudadanos, como dos soplos de
aire fresco entre tanta podredumbre. Los votantes de la izquierda, sin pensárselo
dos veces, se entusiasman con el señor de la coleta con un entusiasmo digno de
mejor causa.
No tardan muchos los chiquillos de esta formación en
enseñarnos su verdadera catadura. Monedero sale haciendo fuuú, como el gato y el
muchacho de las gafitas, parece estar desaparecido. Ni siquiera han ganado nada
y ya se están peleando. Yo me pregunto ¿Y son estos los políticos que van a
salvar España? ¡¡Anda ya!!
El de la coleta gana por 1-0 al resto, y mucho me temo, que éste
muchacho, cambiará sus principios las veces que haga falta al igual que Groucho
Marx, con tal de situarse en cabeza de carrera. Solo los muy fanáticos, pueden
confiar en semejante “perla”.
El laberinto andaluz, con Susana Díaz al frente, henchida de
ambición y presuntamente tan pringada en los casos oscuros del PSOE andaluz
como sus padrinos, Chávez y Griñán, les ofrecerá el oro y el moro hasta que
flaqueen, y la ambición, ese malhadado veneno que se les mete en el cuerpo en
cuanto dejan de caminar a ras de suelo, les obnubile y firmen lo que sea
menester.
Albert Rivera ya ha tenido que frenar al candidato de
Ciudadanos en Andalucía que, loco de contento, totalmente extasiado con los
cantos de sirena de la “Omaita del Sur”, estaba dispuesto a firmar lo que fuera
menester.
Me cae bien Albert Rivera, y estoy dispuesta a apostar por él,
siempre que controle a su tropa y no pierdan su frescura y prestigio en apoyos
y componendas al régimen de los “Ladrones de Sierra Morena”
Feliz semana
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