viernes, 19 de abril de 2013

EL PRÍNCIPE DE LA CASA



Queridos lectores:

Ayer presencié un hecho que me hizo pensar seriamente, en la deficiente preparación que muchas personas dan a sus hijos, a los que deben proteger y educar.
                                          

Veamos: eran aproximadamente las 9 de la mañana y pasaba cerca de un colegio. Veo a multitud de niños cargados con sus voluminosas carteras dirigirse soñolientos hacia la entrada. Algunos más mayorcitos van en grupo, sin acompañantes mayores. Otros más pequeños van acompañados de sus madres o abuelas (supuestamente). Llama mi atención que en el segundo de los casos, las abultadas carteras las cargan las madres,  mientras que los niños y niñas, van tan panchos, sin un solo libro o cuaderno en las manos.  Veo con estupor, como algunas de estas personas llevan otros niños más pequeños de la mano, además de las carteras de ambos. Si hubiese sido un hecho aislado, no me habría llamado la atención, pero era un hecho repetitivo en casi todos los casos, por lo que deduje que se trataba, de una práctica habitual.




Los niños entraron precipitadamente en el Centro y casi se despejó la calle de tiernos infantes cuando a lo lejos, veo llegar a unos  rezagados. Se trataba de una mujer de unos treinta y pico años y de un niño de alrededor de diez. Supuse que eran madre e hijo, pero lo que me dejó sin habla, fue contemplar la surrealista imagen de ambos. La madre iba cargada con la pesada mochila- trolly del niño que arrastraba con una mano, mientras con la otra aferraba el carrito de la compra. De su hombro a modo de bandolera, colgaba un bolsón de considerable tamaño. Iba cargada como una mula, mientras el chico caminaba a su lado zampándose con deleite una gran palmera de chocolate. A su corta edad el muchacho ya presentaba un considerable sobrepeso que sin necesidad de ser un experto, le augura una considerable, y prematura obesidad.




 
Seguí mi camino con la imagen fija en mi mente del pobre niño ahogándose en las clases de gimnasia, y sintiendo las burlas de sus compañeros llamándole “gordito” u otras lindezas. Me dio pena pensar el futuro que le espera con ese problema de gordura, la educación permisiva que su madre le da, y esa escasa asunción de responsabilidades en la cual se está criando.¿Está incapacitado un chico de 9 ó 10 años para arrastrar la mochila con sus libros? No,  ¿Verdad? ¿Le quiere más su madre por cargar con ellos y cebarle como un cerdito, dándole a comer dulces y golosinas que le perjudican? No, ¿Verdad?



Soy totalmente contraria a la educación permisiva que hoy se imparte a los menores. Educar es preparar a las personas para enfrentarse a la vida, y la vida se compone principalmente de problemas y complicaciones.¿Qué preparación se supone que es, darle todo hecho a una persona? Los niños son pequeños, pero no tontos. Si abren la boca pidiendo esto o lo otro y sus padres se lo dan, los niños crecerán pensando que solo tienen que abrirla y pedir lo que les apetezca.

 


Educar a base de dar todo y no exigir nada, lleva a los menores a convertirse en unos perfectos ineptos (salvo excepciones) Un alto porcentaje dejan los estudios en cuanto pueden y se convierten en personas sin oficio ni beneficio. Son los Ni-ni (ni estudian ni trabajan) Son jóvenes sin formación y sin futuro; sin ningún interés por nada que no sea su persona. Viven a costa de sus padres que se sorprenden de que sus amados hijos, no sean “comprendidos por la sociedad”. Todo antes que asumir que, la educación que ellos le han dado, en colaboración con la tontuna imperante en la sociedad actual, no es la más adecuada.



Amigos; estamos viviendo años duros y difíciles, y la tónica general es que empeoraran más si cabe. ¿Qué futuro les espera cuando falten sus mayores?

Seamos sensatos; démosles amor y una buena educación; serán los pilares fundamentales sobre los que asentaran sus vidas. Tienen que aprender que en la vida nada nos es regalado; hay que ganárselo. Responsabilidad y formación, son dos elementos indispensables para enfrentarse al futuro.


Un cordial saludo.

 Feliz Semana.

3 comentarios:

  1. Anónimo19.4.13

    Chapó,es la cruda realidad de muchos padres consentidores,lo único que hacen es perjudicar a esos niñ@s,yo eso lo veo a diario,un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo19.4.13

    Totalmente de acuerdo; saber decir no y exigirles que cumplan con sus obligaciones, es fundamental. Saludos

    ResponderEliminar
  3. Anónimo23.4.13

    Las cosas han cambiado demasiado desde que yo era niño.
    Esta generación, es la de los derechos, la mia, fue la de las obligaciones.
    Ha sido como un péndulo: de tener que tratar a los padres de usted, a que te llamen viejo, o "cállate que no sabes de que va".
    Para nuestra vergüenza, no hemos sabido inculcar los Valores tradicionales, o muy poquitos. Demasiado escasos.
    Bien es verdad, que el entorno permisivo "progresista", ha hecho mucho, muchísimo daño.
    Hoy se aborta como el que se toma una aspirina.
    Muchas veces, me dan ganas de apearme. No vale la pena seguir en esta rueda demencial.

    ResponderEliminar