Queridos lectores: llevo algún tiempo sin publicar en el blog
por varios motivos que espero entendáis
1ª.- Un cierto desánimo por la situación que vivimos; por esta
crisis infame que ha dispersado a mis seguidores más fieles a lo largo y ancho
del mundo.
2ª.- Por haber dedicado tiempo y energía a dar publicidad a mi
novela en mi blog y otros medios de comunicación.
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Los cambios en nuestro país se producen con rapidez: el día de
mañana siempre es peor que el anterior y así sucesivamente.
Cada día nos desayunamos con un nuevo escándalo y cuando creemos que ya no podemos soportar más inmundicia y putrefacción del sistema político,
nos damos cuenta de que esa capacidad de adaptación con la que la naturaleza
nos dotó para sobrevivir en cualquier medio, nos hace seguir adelante sacando
fuerzas de flaqueza y levantando la cabeza dispuestos a que nada ni nadie nos
haga perecer.
De la casta política y judicial poco podemos añadir que ya no
sepamos; toda la degradación del Sistema, de las Instituciones, la crisis, el
lupanar en el que han convertido España, se lo debemos a ellos.
Políticos corruptos o protectores de corruptos, jueces politizados
hasta la médula o vendidos al poder político descaradamente, son los supuestos
guardianes de la legalidad ¿Pero qué legalidad?
Pues desgraciadamente una LEGALIDAD hecha a su medida. Unas leyes
que les protegen, unos privilegios que les hacen cada vez más avaros y
altaneros. Una impunidad total de sus
actos: 10.000 aforados tiene España. Aquí hay más aforados que en el resto de
naciones juntas.
España solo se salvará si los ciudadanos nos olvidamos de una
vez de nuestra envidia y mezquindad y nos alzamos contra esta mafia de ladrones
que, se ha adueñado de las Instituciones en su propio beneficio. Solo así
saldremos del lodazal. Pero si perseveramos en nuestras ancestrales divisiones
internas; esas mismas que nos llevaron a varias guerras civiles, ellos seguirán
manteniéndonos en la miseria económica y en la miseria del pensamiento que es
peor todavía.
Amigo: aquí no hay inocentes. Todos son culpables en una u
otra proporción inclusive nosotros, los ciudadanos, porque miramos hacia otro
lado y no queremos darnos cuenta de la clase de gentuza que aupamos
al poder.
En nuestras manos está su suerte. Si no les votamos nunca más,
tendrán que cambiar.
Pero ¡ojo! con los nuevos Mesías que prometen el oro y el moro.
Una cosa es predicar, y otra dar trigo.
Señores; yo no confío en nadie actualmente. Ni Podemos, ni Vox
ni nadie. Podemos me eriza los vellos con su trato amistoso a los terroristas etarras
y su demagogia barata. Nada de lo que dice es realizable; es pura utopía. Yo
soy realista y no creo en esas cosas. Pero aunque fuera el Mesías redivivo, jamás
les daría mi voto; nunca se lo daré a quien olvide y humille a las víctimas del
terrorismo y trate con sus verdugos.
Un pueblo que olvida a sus víctimas, es un pueblo podrido.
Un saludo y feliz semana