martes, 27 de marzo de 2012

LA LEY DEL MENOR= FÁBRICA DE DELINCUENTES


Queridos amigos:
Soy una más de los muchos españoles que no estamos de acuerdo con la actual Ley del Menor. Me indigna ver como varios de estos pequeños monstruos que han cometido crímenes horrorosos se pasean impunemente por la calle. Ni siquiera muestran un ápice de arrepentimiento y de compasión hacia sus victimas. ¿Que educación se le ha dado a estos jóvenes?. ¿Que pasa por la cabeza de los políticos y legisladores cuando pergeñan una Ley como esta?¿Acaso piensan que si se les permite todo, se les consiente todo, van a ser más felices?. En esta Ley todo es un despropósito, lo estamos viendo día a día con tristes y conocidos ejemplos.


El más espeluznante sin duda es el caso del "Rafita" implicado en la tortura, violación y muerte de Sandra Palo.
No solo cometió este horrendo crimen, sino que día si, y día no, la policía le detiene por múltiples delitos.Es igual, por una puerta entra y por otra sale. Su historial delictivo es largo y variado: asesinatos, violación robo de vehículos etc. Es igual, con la actual Ley del Menor el Rafita se ríe de la policía y de sus victimas. Es un delincuente nato, y siempre lo será.



¡Y que decir del "Cuco"!. Otro menor tristemente famoso por su  implicación en la muerte y desaparición de Marta del Castillo. Pues bien ahí le tenemos en la calle, tan ricamente paseándose por Sevilla, y su madre una despreciable mujer que ha criado a esta "perla" haciendo caja en los asquerosos programas de la telebasura.

¡Que degradación más terrible!.¿Como puede sobrevivir una sociedad que propicia que estos sinvergüenzas queden impunes?.
El actual sistema educativo no transmite valores, la dejación de funciones de muchos padres, que se desentienden de sus hijos en la creencia de que son los colegios los que tienen que educarles, están produciendo unas camadas de menores abusadores de sus mismos padres, y de sus profesores a los que humillan y avasallan sabedores que no pueden castigarles ni corregirles.


Los padres agobiados por el trabajo y las preocupaciones "pasan" de enseñar modales y de transmitir valores como el respeto, la compasión, la convivencia y la tolerancia. Creen erróneamente que son los profesores los que tienen que enseñarles modales. Pues no: Los centros educativos están para instruir, transmitir conocimientos, y prepararles para enfrentarse al desafío de la vida. No pueden ni deben rebasar estos limites.




Los políticos tienen que ser realistas y legislar Leyes que funcionen. Leyes que corrijan y penalicen conductas, no que enseñen a los adolescentes "que son intocables, y que pueden hacer lo que quieran porque son inimputables". Está claro que así no se puede seguir. ¿A que esperan para cambiarla?.
Señor Rajoy: póngase a trabajar en lo que los ciudadanos necesitan. Ya es hora de que la sensatez y el sentido común prime sobre la utopía y la insensatez.


miércoles, 14 de marzo de 2012

LOS SINDICATOS


Hola amigos:
Los españoles estamos a punto de sufrir una incomprensible huelga general, convocada por los dos vetustos sindicatos mayoritarios: UGT y CC.OO. Estas organizaziones sindicales ancladas en la prehistoria, ni siquiera han respetado los protocolarios cien días del nuevo ejecutivo. Tuvieron el cuajo de no hacerle una sola huelga al anterior gobierno, que dejó  España arrasada como un solar, y ahora, y cuando apenas han tenido tiempo los recién llegados de auditar las distintas Administraciones, para comprobar el agujero negro presupuestario que han dejado los anteriores gobernantes, estos orondos y bien pagados jerifaltes sindicales, ya se disponen a convocar una huelga general que va a arruinar un poquito más la ya de por si arruinada economía española. 



A mi personalmente me ofende la aptitud  de estos individuos: dicen hablar en nombre de los trabajadores a los que están convencidos de representar. Primera mentira.

Dicen no estar de acuerdo con la reforma emprendida por el nuevo Gobierno por que se vulneran los derechos de los trabajadores. Segunda mentira.

Seis millones de personas no tienen trabajo en estos momentos: muchos de ellos son jóvenes bien preparados, que buscan infructuosamente un trabajo.¿Acaso ellos no tienen derechos?.El anterior Gobierno fue una máquina de hacer parados. Este Gobierno intenta cambiar el obsoleto marco laboral español para reconducir la situación.¿No merecen la oportunidad de intentarlo?.Tercera mentira.


La verdad es que los sindicatos no representan a nadie: solo se representan a si mismos, a sus liberados, y algún que otro extremista de los que van por la vida como burros con anteojeras: solo miran en una dirección. Yo soy crítica por que nadie me ha dado nada. Los sindicatos nunca me han representado. Jamás me he sentido defendida por ellos. Sinceramente creo que la situación es de emergencia nacional. Todos debemos ser conscientes de ello y arrimar el hombro. Los políticos y los sindicalistas tienen que ser los primeros en dar ejemplo y dejar de despilfarrar.


 Las exigencias de calidad y servicios de la sociedad del bienestar, tienen sentido cuando hay fondos para atender estos servicios. De nada sirve sacar leyes y más leyes sin dotarlas de presupuesto. Se han creado a los españoles unas espectativas de que Papá Estado les va a solucionar siempre los problemas. Todos sabemos nuestro múltiples derechos; muy pocos sabemos nuestras obligaciones.

Soy acérrima defensora de un principio de igualdad para todos los españoles, sea cual sea su procedencia. El derecho a una educación de calidad, a la sanidad, al trabajo, a la seguridad jurídica, a la justicia, son derechos que hay que defender con uñas y dientes. Los demás "derechos"hay que ganárselos con el trabajo y el esfuerzo. Lo demás son zarandajas y los sindicatos solo hacen que alimentar el odio y abrir brechas entre los trabajadores con su manifiesto odio de clases. Lo primero que tienen que hacer ellos, es renunciar a los millones que los sucesivos gobiernos les asignan año tras año para tener"paz social". Deben vivir de las cuotas de sus afiliados y trabajar. Entonces y solo entonces, se merecerán mi respeto. Mientras tanto haré lo que mi conciencia me dicte y desde luego no secundaré la huelga del día 29, por entender:

1ª.-Es un pulso al Gobierno para hacerle ver su poder.
2ª.-Solo les interesa no perder sus privilegios.
3ª.-Porque en el ejercicio de mi libre albedrío no creo oportuno hacer una huelga en estos momentos, sino que es momento de arrimar el hombro, trabajar y contribuir en la medida de lo posible a que la situación mejore.
4º.- Porque no quiero.
5ª.- Porque no me apetece.
¿Lo tienen claro señores sindicalistas?

miércoles, 7 de marzo de 2012

ANDALUCIA




Hace ya muchos años que dejé mi tierra: Andalucía.
Lo hice en un momento en el cual necesité dar un cambio a mi vida. Vine a Madrid donde siempre me he sentido como en mi casa y al cual llevo en mi corazón para siempre. Me siento madrileña de adopción. Desde entonces y a pesar de los años, no he perdido el amor por mi tierra, y he vuelto con frecuencia para encontrarme con los olores y sabores de mi juventud.




A pesar del tiempo transcurrido, todavía conservo lazos de amistad y afecto con amigos de toda la vida. Conozco pues el tema del que  voy a hablar, y espero que con estas líneas no hiera ninguna sensibilidad.




La Andalucía de mi niñez era tétrica, oscura, aislada, e ignorante. Era la época de la dictadura y España había salido de una guerra civil no hacia muchos años. Estaba aislada, y se autoabastecia de lo que producía. Carecía de casi todo, pues los adelantos tecnológicos y los avances de la ciencia aquí no llegaban. España era castigada por el mundo civilizado, con una saña digna de mejores causas, ya que era la población exhausta por aquella guerra, la que pagaba el pato.




Así era todo en aquellos años. Los andaluces como otras regiones españolas, padecían una pobreza endémica pero digna. Dependían de los jornales que ganaban esporádicamente cuando el cacique o latifundista tenía a bien contratarlos. Andalucía no era como Galicia o Asturias. Estaba en manos de unos pocos terratenientes que eran los amos de casi todo. No existía el minifundio, sino los grandes cortijos o latifundios.




Era una pobreza trágica, porque estaba en manos de los poderosos tener trabajo o no. La mayoría de los terratenientes eran unos canallas. Preferían que la cosecha de aceituna se secara en el suelo, que dar un jornal decente a los temporeros.




Franco, como después todos los gobernantes que le sucedieron, mimaba a los catalanes y a los vascos para tenerles tranquilos. Todas las industrias eran montadas en estas dos regiones, convirtiéndose en poco tiempo en pujantes zonas necesitadas de mano de obra.




Admiré a mis paisanos cuando cogieron sus maletas, y salieron en busca de trabajo a estas zonas, y a otras del extranjero. Allí demostraron que los tópicos fabricados desde la ignorancia y el desprecio, no eran más que mentiras. Los andaluces pronto se convirtieron en trabajadores apreciados por su laboriosidad y su seriedad, en numerosos países europeos donde eran mucho más apreciados que el resto de emigrantes. Fueron determinantes sus aportaciones económicas para el pujante bienestar de los años siguientes.




 Los gobernantes de la época se adjudicaron "el milagro español", como si hubieran sido ellos los artífices, y no los miles y miles de andaluces, extremeños y de otras zonas de España, los que hubieran hecho aquella ingente aportación de divisas. Los andaluces a través de los siglos han sobrevivido porque al igual que las mieses, se acomodan al viento que sopla. Lo han hecho tantas veces a lo largo de la historia, que les sale de forma natural. Esta particularidad les ha hecho sobrevivir y seguir existiendo como pueblo.




Durante todo el periodo democrático Andalucía ha sufrido un cambio notable. Las viviendas y el nivel de vida del que disfrutan es significativo comparado con el de aquellos años. Mucho de este bienestar ha sido posible gracias a las subvenciones varias de las que bastantes mas personas de lo normal disfrutan.




 El PER instaurado en aquellos primeros años de democracia, para mitigar la pobreza que asolaba al mundo rural en Andalucía y Extremadura, se ha convertido en una subvención permanente, que "los nuevos caciques", léase políticos, conceden a diestra y siniestra entre sus adeptos ideológicos. Conozco personalmente a varias personas que cobran una pensión sin haber trabajado nunca jamás en su vida. Entre los 4oo € del PER y las cuatro chapuzas que les salen, viven tan ricamente instalados en la holgazanería. No contentos con esta situación de vivir subvencionados de por vida, algunos defienden lo indefendible creyendo a pies juntillas que los demás españoles estamos en deuda con ellos.




Señores: yo estoy en deuda con los otros andaluces, aquellos que cargados de dignidad, con una vieja maleta de cartón salieron al extranjero a buscarse la vida decentemente. Con los andaluces parasitarios que viven a mi costa y colgados de las pensiones y la subvenciones, que alegremente les regalan los políticos, para que les voten y así perpetuarse en el poder;  para nada me siento obligada. Es más desde aquí les conmino a recobrar la dignidad perdida, pues no hay dignidad en vivir del cuento y de adular a los derrochones políticos que los han llevado a la situación actual.
Si al derecho al trabajo.
No a la subvención y al cuento.