En tiempos de corrupción es
cuando más leyes se dan. Étienne Bonnot de Condillac.
─Tengo una resaca horrorosa Bartolo, y
necesito un café con urgencia─ decía el alcalde, poniendo los pies sobre la
mesa─ Ayer estuve de juerga hasta las
tantas y no veas… Estoy hecho migas. Eso sí, la noche fue, de antología;
mariscada gratis en Casa Eufrasio, copichuelas en el puticlub “La Perlita”,
bueno…bueno la leche… No sé si sabes, que han llegado unas chicas nuevas…unos
monumentos, oye. Quien así hablaba, era
Prudencio Requejo, más conocido por “El Pandereta”, flamante alcalde de
Riosequillo de Abajo, un pueblo perdido de la geografía hispana de no más de 300
habitantes. El impresentable individuo, había conseguido el cargo tras
desalojar del Consistorio al anterior alcalde, Doroteo Melgarejo, más conocido como
“El Chato”, gracias a una moción de censura, en la que había sido apoyado por
varios concejales tránsfugas.
Uno de los que le había apoyado
incondicionalmente, fue Bartolo Cienfuegos, concejal de festejos de la villa, y
cabrero de profesión. El hombre, algo corto de entendederas, había exigido como
contraprestación, el cargo de jefe de la policía local que, a la sazón, estaba compuesta
por un componente. Con su flamante uniforme al que no faltaba detalle, se
paseaba calle arriba, calle abajo, para ser visto y admirado por sus
convecinos.
─ Mira el Bartolo, parece un general
con tanta medalla.─ Decía Rufino uno de los jubilados del pueblo, a su vecino
de banco. ─ ¿Pero ese no era medio tonto? ─ contestó don Hermogenes, maestro de escuela retirado.─
Pues ya ve usted que no… amigo mío. Ha salido listo… no hay más que verle.
Bartolo, no quiso perder la ocasión de
lucirse en su coche oficial y llamó a su conductor, que no era otro que,
Nicéforo Rebollo, más conocido por “El Pirao” un conflictivo vecino, cuyo hobby
era, pinchar las ruedas de los vehículos.─ “Pirao” pon la sirena, que nos vamos
al bar del “Chato”. Hoy desayunamos gratis; te lo digo yo.
El bar del Chato, situado en la plaza Mayor, era el negocio
familiar del anterior alcalde. Bartolo, estaba loco por cerrárselo y le acosaba a diario denunciándole por las más
peregrinas cuestiones. ─ “Chato” tienes dos mesas puestas y solo puedes tener
una…. Y… esa salida de humos…no sé, no sé.
A ver…el permiso de apertura y la licencia de actividades. ─ ¡Pero
Bartolo si ya te las enseñé ayer! Sabes de sobra que las tengo ¡Esto es una
persecución! No hay derecho.
─ ¡Esto es resistencia a la Autoridad
y te voy a llevar detenido! Vas a saber tú quien es el jefe aquí.─ ¡No me jodas
Bartolo! venga hombre…que aquí no ha pasado nada. Tómate un café y una copita...anda,
que… invita la casa.
Bartolo, se hizo un poco el ofendido,
justo lo que tardó “El Chato”, en servirle el café y un copazo de coñac. ─ Ponle
otro de lo mismo a mi conductor ─ dijo con autoridad, mientras “El Chato,
aguantaba las ganas de mandarle a hacer puñetas─ Y ya le estás llevando otro al
señor alcalde ¡Estamos!─ Y que no se te olvide, que ahora mandamos nosotros y
que podemos hacer, lo que nos dé la gana. ─ concluyó Bartolo.
─Vamos para el Ayuntamiento que hoy hay pleno y quiero estar
presente. ─ dijo Bartolo saliendo del bar. “El Pirao”, se puso al volante del coche
policial, y con la sirena a todo trapo, enfiló la calle principal, como si
fuera a apagar un fuego. ─ Fíjate Bartolo, hoy he batido el record; hemos recorrido los 50 metros, en 7 segundos ¡Este
coche es la leche macho!
El Pleno de ese viernes estaba la mar de animado. Al “Pandereta”
se le había metido entre ceja y ceja, construir un polideportivo con piscina olímpica, pista de atletismo y un
moderno gimnasio. Ya tenía recalificados los terrenos y adjudicado el proyecto,
a un constructor amigo que, le había prometido, una buena comisión.
La oposición, estaba hecha
un basilisco reprochándole tal despilfarro.─ ¡Pero vamos a ver “Pandereta”!
¿Para qué queremos nosotros una piscina olímpica y una pista de atletismo si en
el pueblo, no hay más que viejos? ¿Vas a organizar carreras de cojos o qué?
─ ¡Señor alcalde si no te importa!─ contestó muy enfadado El
Pandereta”─ Pues mira “Chato”, si los de Río Perdido de Arriba lo tienen, nosotros también ¡No
vamos a ser menos!
La descabellada propuesta del “Pandereta” y sus adláteres, se topó
de frente con la obstinada oposición de don Benito, secretario municipal que,
puso sobre la mesa, el espinoso tema de la financiación, del mastodóntico
proyecto. ─ ¿Y con que presupuesto vamos a construirlo? Dijo el aguafiestas de don Benito, dejando momentáneamente
descolocado al “Pandereta”─ Pues
subiremos la contribución, la tasa de la basura, pondremos nuevos
tributos…haremos nuevas ordenanzas prohibiendo
todo lo que no esté prohibido y lo que sea menester… ─ Añadió sin
cortarse un pelo.
─ ¡Sois unos sinvergüenzas y unos golfos! Gritaba exasperada la
oposición, con “El Chato” a la cabeza─ ¡Orden, orden!….gritaba Bartolo muy
metido en su papel.
El señor alcalde abandono el Pleno haciéndose el ofendido, seguido
por su factótum, el jefe de policía. ─ ¡Ya nos han jodido el negocio Bartolo! A
ver que nos inventamos ahora, para sacarles los cuartos a estos pardillos.─ ─ Oye
jefe ¿Y por qué no invitamos a la Infanta y a su marido, para las fiestas del
pueblo? Seguro que si les damos una buena comisión, vienen encantados y estos
paletos, pagaran gustosos por ver a la realeza. ─ Buena idea…si señor…tomo nota
Bartolo, tomo nota…tú llegaras lejos muchacho─ dijo “El Pandereta, mientras le pasaba amistosamente un brazo por
los hombros. ─ Amigo mío, tú y yo juntos, vamos a hacer historia; este es el comienzo de una gran amistad.─
Siempre a tus ordenes alcalde ¡Faltaría
más!
Queridos lectores: aun cuando la historieta anterior es pura imaginación,
tendrán ustedes que convenir conmigo, que es aplicable a nuestra clase política
empezando por el presidente del gobierno y el jefe de la oposición, y terminando
en el más oscuro alcalde de cualquier villorrio perdido. Los necios más necios
del Reino, se han infiltrado en todas las instancias del poder, Gobierno, Judicatura, Universidades, Senado, Congreso, etc.
para medrar a nuestra costa, y a la vez, privarnos de nuestra libertad. Todo
está infectado de mediocres, ignorantes, ladrones, canallas y gentuza sin
escrúpulos que, se han adueñado de España con nuestra connivencia y pasividad.
Porque, queridos amigos; aquí, no hay nadie inocente; ellos son unos ladrones
sin escrúpulos, unos sinvergüenzas, pero nosotros, les seguimos votando.
La última hazaña de estos facinerosos ha sido la suelta masiva de
asesinos y violadores, que ya campan a sus anchas por nuestras calles, sin impórtales
un ardite la angustia y desesperación de sus víctimas. Se refugian en
subterfugios mil para justificar lo injustificable. Yo, que soy una persona anónima,
sin ninguna significación política, lo tengo muy claro. Si las Leyes actuales
no funcionan; se cambian. Es lo único que tiene que hacer los congresistas.
Pero al parecer, ellos no tienen ni la menor intención de hacerlo. Es
entendible; a ellos, no les va a pasar nada, pues todos llevan escolta, coche
oficial, etc.
El obsceno reparto de jueces afines, realizado la semana pasada
entre PP, PSOE, CyU y PNV para la renovación del Poder Judicial es una cacicada
más de Gallardón y su infesto jefe. ¡Pero claro! ¿Qué se puede esperar de un pueblo, que todavía les
aclama y que son capaces de acudir bien de mañana a la Clínica Quirón de Madrid,
para jalear al ilustre cojo que está haciendo bueno a su infame antepasado
Fernando VII? Pues eso; yo estoy empezando a creer que los españoles actuales,
somos bobos de solemnidad.
Queridos Lectores: un saludo y feliz semana.
Étienne Bonnot de Condillac. Abate de Mureau (Grenoble), 30 de Septiembre
de 1714- Beaugency, abadía de Flux, 3 de agosto de 1780, filósofo y economista
francés de la segunda ilustración, la de los llamados Napoleón Ideólogos